Bueno, después de unos cuantos días sin tiempo ni ocasión para ocuparme del blog, hoy he decidido dedicar el día a ello. Acompaña el hecho de que esta lloviendo a mares y que estoy de relax después de unos días de ajetreo.
La experiencia en el ashram ha sido agridulce, pero para lo que desde luego me ha servido es para constatar algo que ya sabía: yo no estoy hecha para seguir a gurus,ni a salvadores ni a visionarios.
La idea era hacer un curso de silencio coincidiendo con la celebración de uno de los festivales más importantes de la India, Navratri; y claro, mantener el silencio entre más de 2000 extranjeros, otros tantos indios y hasta un total de 20.000 "fieles" que llegaron a juntarse un día para una de las interminables pujas (ofrendas) pués no es posible ni en la "espiritual India".
Reconozco que de las más de 20 pujas que ha debido haber, una de más de 5 horas con un calor de muerte, yo no puedo contar mucho, porque después de la primera decidí que a mi no me pillaban en otra y salvo algún paseito breve por el recinto de las puyas, el que quisiera coincidir conmigo debía buscar más bien en la cantina o en las tiendas o hablando con las vendedoras de flores.
Lo mejor del curso fueron mis compañeras de habitación: dos sudafricanas de Johanesburgo, una india que no me quedó claro en que país vivía pero que desde luego no era India y otra chica de origen indio que vivía en Dubai y que era directora creativa en una agencia de publicidad.
Con el grupo de españoles, unos 10, no tuve muchas ocasiones de coincidir y dado que su plan era muy diferente al mio, tampoco hice muchos esfuerzos. Creo que eso molesto a más de una (eran todas chicas menos un hombre) pero es que esa manía de salir de tu país para seguir pegadito a los que ya te conoces de memoria no la entiendo. A eso hay que sumarle el mal rollito que tenían algunas, que es que esto de estar "en el camino espiritual" no es garantía de nada y gente poco amable hay en todos lados, incluído monitores del arte de vivir.
Como tenía algún tiempo para "perder" me dedique a conocer a gentes como un personaje de origen indio, que se había criado en Malawi y que ahora vivía en Londrés, separado de una mujer francesa. Varios argentinos que formaban un grupo muy simpático y un montón de rusos (más de 300) que no eran tan simpáticos aunque si que hacían mucho ruido, sobre todo su traductora que desde luego fue la estrella del curso.
Resumen de la estancia en el ashram: los sandwiches de la cantina riquísimos, la comida del comedor para extranjeros menos divertida que la del comedor indio, pero también menos picante; el montaje del Navratri demasiado para un ser humano que todavía esta intentando deshacerse de los ritos católicos. No me planteo yo dejar una religión que al fin y al cabo me resulta cercana para abrazar otra cuya estridencia y colorido me pilla todavía y por lo menos en esta vida, muy lejos. No digo yo que si me reencarno de nuevo no me de por ahí, pero por ahora, mis inquietudes van por otro lado.
De todas formas como tan bueno es descubrir lo que quieres como lo que no quieres,el balance es bueno.
Del Ashram también me llevo una nueva amistad, con una chica de Valladolid que se llama Mila y con la que he hecho un pequeño tour por el sur de India que contaré en los siguientes capítulos.
No tengo foto del Ashram porque no me llevé la cámara; como no te dejan leer, ni oir música decidí que tampoco merecía la pena sacar fotos y la dejé en casa, la casa de Bangalore. He de decir que sólo he echado de menos la cámara en una ocasión y era pensando en mis amigas chicas: había un swuami (o como se escriba) que es no sólo el indio más guapo que he visto en mi vida sino seguramente uno de los hombres más atractivos con los que me he tropezado. Bueno lo de tropezado es una forma de hablar porque a pesar de intentarlo con ahinco, no era tan fácil verlo paseando por el ashram. En sus charlas casi me "convierto" pero me di cuenta que se trataba sólo de una conversión carnal y no espiritual....
Asi es que esta foto es de otro sitio (Kanyakumary)
2 comentarios:
No dudo de que eras la más espiritual de todo el ashram, incluido el guruji ese, y la que mejor narra la experiencia
¿te he dicho alguna vez que eres un cielo? Pués si no lo he hecho lo digo ahora públicamente.
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