La boda empezó a las 11 de la mañana con una recepción de los novios a los familiares y amigos más cercanos. Suju me mandó un mensaje la noche anterior para decirme que por supuesto estaba invitada. La familia de Suju pertenece a una comunidad muy reducida que se caracteriza por tener entre sus miembros, valerosos guerreros y en la actualidad muchos de ellos ocupan destacados puestos en las fuerzas armadas indias. La recepción y los actos de por la noche se realizaron en la sede de esta comunidad de la que no recuerdo el nombre.
Por la mañana me presentaron al amigo rico de Suju que tiene una plantación de café, a su tio que es un tipo entrañable y a dos amigos canadienses de Suju. No se si he contado que Suju y su familia viven en Canada y ha venido sólo a casarse en una boda, como no, concertada... En el acto de por la mañana los amigos subieron a ponerle hena en las manos al novio, yo no me atreví aunque me lo ofrecieron y luego Suju rindió homenaje a sus mayores arrodillándose ante todos sus familiares. Realmente fue un acto para el novio en donde la novia, Rania no pintaba mucho.
Por la tarde, a partir de las 5.30 empezaba la boda en si. Primero unos hombres cortaban de un sólo hachazo unos troncos de palmera como acto de respeto a hacia los mayores. Luego entramos al salón y los novios sentado en unos tronos empezaron a ver desfilar amigos y familiares que les regaban con granos de arroz y les entregaban sus regalos.
Después la gente empezó a desperdigarse por los salones, unos a comer, otros, entre ellos yo, a beber vino ¡chileno! y vino indio.
Lo más expectacular de la boda fue el rito por el cual la novia, con un taje que debe pesar un quintal y con las manos llenas de pulseras, ha de sostener en su cabeza un cántaro con agua de coco mientras los amigos del novio y de la novia entorpecen su camino hacia la puerta de lo que se supone que sería su casa. Este rito simboliza la entrega y fidelidad de la mujer hacia el marido. Lo malo es que el "trance" dura tres horas y eso porque la ley en el estado de Karnataka prohibe que en las fiestas se baile después de las 11 pm. Me contaba el padre de Suju, que cuando él se casó, la cosa duro 9 horas.
Es verdad que a la novia la ayudaban a sujetar el cántaro, pero la chica aguanto las tres horas de pié sin pestañear. ¡cómo para que tu marido luego te la pegue con otra!
Nosotros, los dos españoles bailando todo el rato y dejando el pabellón bien alto.
Al final, cortaron una tarta y los niños que quedaban despiertos la fueron pasando en unos platitos de cartón y para comer con la mano. como Dios, mejor dicho, como Shiva manda.
2 comentarios:
Ole, ole, esta peli se va animando: una boda digna de Bollywood, ricos herederos de cafetales,una maharaní española..
Más que una maharaní una majara jejejeje
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