No se si es que en la India se genera más basura que en ninguna otra parte del mundo o es que como nadie se ocupa de recogerla se ve más. Bueno, eso y que son 1.100 millones de seres humanos produciendo desperdicios, más todo el turisteo, que no nos quedamos atrás generando desperdicios. La verdad es que ahora que lo pienso, comparando con los indios, nosotros los españoles somos bastante más puercos: baste recordar algunas de las huelgas de impieza de cualquiera de nuestras ciudades para ver la que somos capaces de montar en sólo 3 días.
Lo de la suciedad es la india es algo a lo que te acostumbras al segundo día de llegar(teniendo en cuenta que el primer día te lo pasas durmiendo). O te acostumbras o lo pasas realmente mal.
Yo la verdad, es que no es de las cosas a las que más me han costado acostumbrarme, aunque sigo, ingenua de mi ,con las bolsas de patatas o las botellas de agua vacias de un lado para otro buscando papeleras para tirarlas. Y hablando de botellas de agua vacias, en un país donde nada se recicla (excepto la mierda de vaca, que ya lo contaré cuando me enteré bien de como funciona eso) resulta que las botellas vacias si son un negocio y sobre todo una forma de ganar algo de dinero para mujeres como las de la foto.
Esta foto esta tomada en Kanyakumari, el punto más al sur del continente indio donde los lugares de interés son dos islas donde se encuentra un monumento en recuerdo de un Swami y la estatua gigante de un poeta. En tierra firme hay un templo de esos un poco claustrofóbicos en los que puedes optar por hacer cola y no pagar más que las 20 rupias que te piden por "guardarte" la cámara, o saltarte la cola y pagar 50 rupias. Los puestos que hay alrededor son para no perdérselos, pero sobre todo para no comprar nada ya que todo parece venido del pasado más hortera y remoto, eso si, todo de plástico y con purpurinas...
Habrá una continuación de Kanyakumari
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