Esta vez, la visita a Kochin fué a la zona de Fort Cochin que no había visitado en marzo. La verdad es que es un sitio agradable; se puede pasear, no como en Ernakulam que es un agobio, aunque esta vez dimos con un buen hotel y barato, que para el que piense venir por estos lares, se llama Excelsior, si la memoria no me falla.
En Fort Cochin puedes ir a partir de las 5 de la tarde a ver uno de los dos expectáculos de katakali: uno más clásico, que no hay occidental que lo aguante y otro más turístico y más caro pero más llevadero.
De las cosas que más me gustaron fueron las redes de pesca, legado de los chinos. Me acordé del chico de la playa de Varkala.
Al coger el ferry para ir de Ernakulam a Fort Cochin coincidimos con una pareja americana, de New Carolina, ambos profesores de yoga que eran un absoluto bálsamo. Quedamos horas más tarde con ellos a tomar un té.
Una de las sorpresas que nos deparaba Fort Cochín fue coicidir con Bubba y su Ferrari Rickswaw. Uno de los tipos más simpáticos con los que me he encontrado en la India. No me extraña que un antiguo cliente suyo de origen Suizo le regalara el Ricksaw con el que ahora se gana la vida. Otra persona feliz con lo que hace y que por ende nos contagió a todos su alegría de estar vivo. Un lujo de persona. Regalos que te da la vida. Regalos que te da la India.
No hay fotos y ya sabeis porque. Pero se me ocurre que es una buena excusa para volver a Fort Cochin y disfrutar otra vez conduciendo el Ricksaw/Ferrari de Bubba.*
*Aunque no os lo creais no se me dió tan mal lo de conducir el Ricksaw y Bubba dice que con 3 lecciones más, él mismo me da la licencia jajajaja.
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