martes, 18 de noviembre de 2008

CAMINO A PONDICHERRY


Al final ganó la opción de Pondicherry. La duda estaba entre ir a Goa, con sus fiestas, sus playas y todos los turistas buscando un paraíso (en muchos casos paraíso de sexo y drogas. Hay quien cree que eso es el paraíso) en India o ir a Pondicherry, con sus playas, sus ciudadanos venidos de todo el mundo, incluidos los propios indios y con sus fiestas, pero en este caso, fiestas privadas.

Hace ya varios años, La Madre (apelativo de respeto con el que se conoce a una mujer francesa que compartió su vida con Sri Aurobindo) pensando que en la tierra debería existir un lugar donde ninguna nación pudiera reclamar la propiedad del suelo y donde todos los seres humanos con aspiraciones sinceras y de buena voluntad pudieran vivir libres como ciudadanos del mundo, empezó a crear una superficie de más de 25km cuadrados donde en la actualidad viven, de forma permanente más de 2000 personas, mas todos los curiosos que pasamos por allí.

Y me alegro de que ganase la opción de Pondicherry porque han sido tres días de largos paseos, comidas y durmiendo al lado del mar en una cabaña sin nada más que un colchón y una bombilla. Bueno, y con mi mochila llena de cosas de las que sólo hemos utilizado es champú, el jabón y el cepillo del pelo, la linterna.... ah, y mi súper saco de dormir de doble sábana bajera que habría que patentar.

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