domingo, 23 de noviembre de 2008

DESDE UN PISO 23 TODO ES, TAMBIÉN, RELATIVO


A Fernando le acaban de dar el piso justo hoy*, el mismo día que yo llego por lo que las bolsas y maletas se amontonan desde la puerta de entrada hasta los dormitorios. Me estaba esperando en el aeropuerto convenientemente vestido con una camiseta del Atlético de Bilbao, o sea para mí, del Atlético de Madrid. Si ya decía yo antes que todo es relativo.
Después de estropear un Darjeeling con agua del grifo, decidimos que es mejor irse a dormir y ver que nos trae el día de mañana.
Duermo por primera vez en India en una cama con mosquitera, es decir como una auténtica princesa india.

La mañana me devuelve una visión de las afueras de Calcuta que hace que mi primer pensamiento sea ¡pero como puede nadie querer vivir en esta ciudad!.

Desde un piso 23, de un edificio de categoría, con seguridad privada y todo, lo que se ve es, a la izquierda un gran terreno lleno de chabolas, más atrás las vías del tren y más allá..., más allá nada porque la capa de humo gris es tan densa que no deja ver nada. Por entre la capa de polución aparece un avión y pienso que a los pilotos les deberían pagar un plus de peligrosidad por aterrizar en esta ciudad. Y a los que dicen que Calcuta enamora les deberían internar en un psiquiátrico, o a lo mejor no. Aunque me desdiga de una entrada anterior, no siempre la primera impresión es la que vale y es que TODO ES SIEMPRE TAN RELATIVO COMO UNO ESTE DISPUESTO A VIVIRLO.

*día 20 de noviembre.

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